Que buenos recuerdos...
- Carmen Nevado LLandres
- 22 may
- 1 Min. de lectura
No se ría, no se ría
El aprendiz de brujo, con su nuevo abracadabra «faradio, faradio», hizo levitar la esfera. Esta rebotó en el techo y las luces de neón empezaron a emitir destellos. Las vocecillas que coreaban el estribillo desde el interior de las páginas intentaban distraerlo: «¿qué tiene esta bola que a todo el mundo le mola?». Con gesto malhumorado, les ordeno callar; pero la Bruja Avería asomó por una esquina del libro fulminándolo con una subida de voltaje.
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