JONÁS
Cómo íbamos a imaginarnos que no sabía nadar. Fue una suerte que la ballena se lo tragara.
BERMEJO
Cómo íbamos a imaginarnos que no sabía nadar. Pero era él o la tripulación. Maldito bastardo, nos había engañado a todos… Con aquel pañuelo anudado al pelo habíamos viajado con la maldición a bordo.
INDIGESTIÓN
Cómo íbamos a imaginarnos que no sabía nadar. De haberlo intuido, la abuelita el leñador y yo le hubiésemos metido corcho en vez de piedras para que flotara.
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