Dígale, agente, que no tuve más remedio que matarle. Por su santa madre, no me lleve al cuartelillo. Dígale que no tengo dinero para pagar esta receta. Le juro por mis tres churumbeles que no lo volveré a hacer. Cuéntele que me dio un chungo cuando le vi abalanzarse sobre mi Lucera y con la piedra en ristre tuve que espachurrarlo como el mísero reptil que creía que era.
(Relatos presentados al concurso Relatos en Cadena, de la SER. Frase de inicio requerida: Dígale, agente, que no tuve más remedio que matarle).
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